Cooperacció fue fundada por ACSUR Catalunya y Solidaritat i Cooperació con el apoyo del CIDOB. Inicialmente se formó una Junta Directiva con representantes de estas tres organizaciones y con los años fuimos evolucionando hasta ser totalmente independientes.
Somos una asociación de cooperación internacional creada en 1994, que contribuimos desde nuestras acciones, al empoderamiento de las mujeres, al pleno ejercicio de sus derechos y al logro de la equidad de género, como condiciones imprescindibles para llegar a la justicia social, al desarrollo humano sostenible y a la paz.
Nuestra asociación nace un año antes de que se aprobara la Plataforma de Acción de Beijing. Durante todo este tiempo, hemos dedicado buena parte de nuestros recursos y energías a impulsar acciones de desarrollo, incidencia, formación y sensibilización a favor de los derechos de las mujeres y la equidad de género.
El seguimiento realizado a los acuerdos de Beijing, por parte de los movimientos feministas y de mujeres, pone en evidencia que, aunque durante estos años algunos países han avanzado en políticas y leyes a favor de sus derechos, la vida de las mujeres poco ha mejorado desde que se llevaron a la agenda de los gobiernos las 12 áreas de consenso plasmadas en la Plataforma de Acción de Beijing.
Los feminicidios y otras formas globalizadas de violencia contra las mujeres; su creciente precariedad laboral y renovadas formas de sobre-explotación, especialmente en la manufactura para la exportación; la transnacionalización de los cuidados y la discriminación de las mujeres inmigrantes que los realizan; los retrocesos en el reconocimiento de los derechos sexuales, entre otros indicadores, demuestran la fragilidad y los límites de los avances realizados en las últimas décadas.
Todo ello, en gran medida, como consecuencia de políticas androcéntricas y neoliberales que anteponen los intereses de unos pocos al bienestar de la gente, y los intereses de los hombres a los de las mujeres. Políticas que destruyen el planeta en beneficio del capital y que conciben la democracia como mera representatividad formal. Políticas que nos han llevado a las diversas crisis que el mundo enfrenta hoy día (crisis económica, energética, alimentaria, climática, social) y que impiden avanzar en la agenda de las mujeres, en especial, y en los derechos humanos en general.
Nuestra visión
Las mujeres y hombres que formamos Cooperacció pensamos que nuestro trabajo de cooperación internacional ha de estar al servicio de un mayor y mejor cumplimiento de los derechos humanos. Pero también creemos que el potencial transformador de nuestras acciones será mayor cuanto más logremos avanzar en el reconocimiento y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, puesto que entendemos que su carencia es uno de los principales obstáculos para lograr el desarrollo humano y sostenible que buscamos.
Nuestra experiencia nos indica que son los movimientos feministas y de mujeres los que realmente logran poner la agenda de las mujeres en las políticas públicas y acuerdos internacionales, los que están implicados en las intervenciones más eficientes, los que más se esfuerzan por aprender de lo que funciona y de lo que no funciona. Organizaciones de mujeres que se mueven desde el nivel local hasta el nivel internacional, promoviendo estrategias de desarrollo con un enorme potencial transformador del modelo androcéntrico y neoliberal en el que todas y todos estamos inmersos.
Es por esto que hemos decidido priorizar nuestros esfuerzos y recursos en apoyar y colaborar con las agendas y propuestas de los movimientos feministas y de mujeres, reconociéndolos como actores sociales y políticos capaces de plantear alternativas de cambio radical frente a un modelo económico, político, social y cultural que no compartimos.
Nuestra razón de ser
Contribuir, desde una perspectiva feminista[1], al empoderamiento de las mujeres, al pleno ejercicio de sus Derechos Humanos y al logro de la equidad de género, como condiciones imprescindibles para alcanzar la justicia social, el desarrollo humano sostenible y la paz.
Somos conscientes de que el no reconocimiento y pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, así como la desigualdad entre mujeres y hombres en el acceso a los recursos y al poder, constituyen grandes obstáculos para el logro de la justicia y la paz en el mundo, así como para el desarrollo de auténticas democracias.
Por ello nos proponemos trabajar por superar todas las formas de desigualdad existentes entre las mujeres y los hombres, y terminar con los obstáculos que impiden a las mujeres el pleno ejercicio de sus derechos humanos, mediante el impulso de valores, concepciones, políticas y prácticas sociales que apunten hacia la equidad de género, desde el nivel local hasta el global.
Trabajamos fundamentalmente a partir de las propuestas de las organizaciones feministas y de mujeres, con las que compartimos el enfoque de que sólo mediante el empoderamiento de las mujeres se logrará avanzar en el ejercicio de sus derechos y en la equidad de género, apoyándolas en sus esfuerzos por superar la desigual distribución de recursos y de poder entre mujeres y hombres que impide el logro del desarrollo humano y la justicia social.
El feminismo es una propuesta política sustentada en la voluntad de erradicar todo tipo de opresión contra las mujeres. Es asimismo una teoría de cambio social que incorpora el concepto de “género” como categoría de análisis de las relaciones entre hombres y mujeres en cualquier cultura y sociedad. Y es también un movimiento social integrado por mujeres organizadas en una gran diversidad de entidades, que tienen en común el objetivo de transformar las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres, usando estrategias múltiples para cambiar no sólo la condición y posición de las mujeres, sino también el modelo imperante que genera desigualdades e injusticias.
Principios que sustentan la visión y la razón de ser de CooperAcció
Justicia y Equidad, desde una mirada feminista
CooperAcció guía su trabajo por anhelos de justicia social en pos de un desarrollo humano que proporcione a cada persona las condiciones suficientes para que viva el “buen vivir” que elija. Un desarrollo humano sostenible y equitativo que requiere una redistribución más justa de los recursos, las oportunidades y el poder entre las regiones y países del mundo, entre las clases y colectivos sociales, entre las actividades de cuidado y provisión, entre las mujeres y los hombres.
La perspectiva feminista orienta nuestro análisis de las desigualdades y relaciones de poder entre las mujeres y los hombres. Encontramos en el feminismo, en los feminismos, la propuesta política que mejor encarna las aspiraciones de justicia de género e igualdad entre mujeres y hombres, el cuerpo teórico que alimenta el trabajo por la libertad y autonomía de las mujeres, el motor que dinamiza sus procesos de empoderamiento y les anima a organizarse en torno a la defensa y vigencia de sus derechos humanos.
Compromiso con las mujeres
La solidaridad es el principio que guía nuestro trabajo de cooperación internacional. No es una solidaridad generalista o abstracta sino un compromiso concreto con las personas más oprimidas y excluidas en cada sociedad, las mujeres, que nos lleva a compartir sus reivindicaciones de equidad entre mujeres y hombres, así como de respeto a sus derechos como personas, por tanto a compartir sus luchas.
Nos comprometemos con las mujeres porque, en cada sociedad, ellas enfrentan violencias, desventajas e injusticias a partir de la cultura misógina, del sistema patriarcal y económico que genera desigualdad por razón de sexo, étnia, orientación sexual, edad, discapacidad, situación económica, creencias, educación, etc.; pero también porque de este compromiso y del saber hacer de las mujeres se deriva una contribución para una mejor sociedad con mayor inclusión, justicia y equidad que supere el actual modelo.
Participación activa
Sólo mediante la participación activa de la gente construimos una sociedad democrática sustentada en ciudadanas y ciudadanos críticas y propositivas. Trabajamos para construir, en el Norte y en el Sur, democracias participativas que se basen en la pluralidad de experiencias, intereses, opciones y decisiones de las personas; democracias laicas que no admitan tutelas religiosas ni injerencias en el ámbito público por parte de quienes niegan los derechos de las mujeres.
Creemos en el potencial transformador de las mujeres que se organizan en torno a sus diversas necesidades e intereses, y se constituyen en actoras sociales y políticas llevando adelante sus propias agendas. Entendemos la cooperación solidaria como un trabajo en red encaminado a la construcción de alianzas entre organizaciones de mujeres y feministas del Sur y del Norte, alrededor de agendas comunes e intereses compartidos.
Coherencia
Retomamos de la propuesta feminista la importancia de ser coherentes en nuestras actuaciones, la búsqueda de coherencia en los diversos ámbitos de actuación, y consecuentemente también en el interno de la Organización. Prestamos atención, por tanto, a los procesos de empoderamiento, y los avances en equidad de género, en el equipo que constituimos Cooperacció, así como a la gradual transformación de nuestro modelo de trabajo para que sea más coherente con los principios que sostenemos. Aspiramos a que esta coherencia impregne los espacios personales, familiares y sociales de las mujeres y hombres que conformamos Cooperacció.
Conscientes de que somos gestores de unos recursos públicos y privados que hemos de utilizar de la manera más responsable para los objetivos propuestos, hacemos de la transparencia, la austeridad y el respeto los pilares básicos de nuestra gestión responsable.
Objetivos institucionales
En relación a nuestro quehacer externo:
– Participar, junto a otras organizaciones y plataformas afines a nuestros principios, en acciones dirigidas a promover cambios en el actual sistema político y económico hacia modelos más justos, equitativos y democráticos.
– Construir alianzas con el movimiento feminista, organizaciones de mujeres y otros actores sociales, para promover políticas, prácticas, comportamientos y valores que sean incluyentes de la realidad de las mujeres en situación de opresión.
– Contribuir a promover, visibilizar y reconocer las propuestas de organizaciones feministas y de mujeres para la construcción de un nuevo contrato social y nuevos paradigmas políticos y económicos.
– Fomentar acciones de denuncia y hacer propuestas de transformación sobre las instituciones formales e informales que crean y reproducen las desigualdades por motivos de género.
– Movilizar recursos para (el fortalecimiento y agenda de) las organizaciones feministas y de mujeres que actúan en defensa de sus derechos y/o contribuyen a procesos de autonomía y empoderamiento individual y colectivo de las mujeres.
– Promover el desarrollo de una conciencia crítica de la ciudadanía sobre los factores que generan desigualdades de género, así como fomentar su movilización para el cambio.
– Contribuir a la construcción de capacidades en el sector de la cooperación internacional en relación a las cuestiones de equidad de género y empoderamiento de las mujeres, a partir de acciones de generación del conocimiento e investigación en género y desarrollo.
En relación a nuestro quehacer interno:
– Generar cambios en la cultura organizacional de Cooperacció, eliminando desigualdades de género en el funcionamiento organizacional y construyendo conciencia feminista y capacidades para un efectivo mainstreaming de género en el quehacer de la organización.
– Promover una práctica asociativa, en coherencia con la misión y objetivos de la organización, basada en la participación y en la construcción de una base social crítica con el actual modelo social, político y económico, capaz de aportar al debate sobre una cooperación transformadora que sitúa el empoderamiento de las mujeres y la equidad de género en el centro de su acción.